Analizamos los factores que se relacionan con una mala instalación de estos sistemas entre los que se incluyen altas pérdidas económicas y fallas en el desempeño de sus funciones.
por Duván Chaverra Agudelo
La mala instalación o el mal mantenimiento de un sistema de aislamiento térmico puede traer problemas en el consumo de energía, en las emisiones de CO2, en la pérdida de temperatura, en el incremento de la factura de servicios y, por su puesto, en los mismos sistemas. Sobre la introducción previa hace énfasis René Ruano Domínguez, de Ingeniería Energética General: “En los procesos de transferencia de calor, que están presentes en los sistemas técnicos de los edificios industriales y comerciales, puede, sin lugar a dudas, centrarse un buen porcentaje de las pérdidas posibles de la energía que afectan, por ejemplo, la factura (el costo) energética; dichas pérdidas están ligadas directamente con más emisiones de CO2 a la atmósfera, ya que por lo general la energía que se pierde ha sido generada partiendo de un combustible fósil”. Es importante destacar paso a paso las fallas que constantemente se deben buscar en los materiales aislantes y los sistemas que cuenten con ellos y observar los efectos adversos que se puedan originar de acuerdo a las fallas detectadas. Marco Antonio Téllez, del área de soporte técnico de Trocellen dio algunas indicaciones. “Que no estén rasgados, rayados, despegados, aprisionados (por ejemplo en los puntos de apoyo de los soportes de tuberías se suelen encontrar frecuentemente que dichos soportes están ejerciendo su función de apoyo directamente sobre el aislamiento, ocasionando pérdida de espesor efectivo de aislamiento en ese punto específico), que todas las uniones de segmentos de conductos (codos, transformaciones, etc.), tengan un buen sellado y no haya oportunidad a tener pérdidas (de energía o condensación) en dichos puntos”, explicó el experto. Marco Antonio también resaltó la importancia del mantenimiento que se enfatiza en verificar que el material aislante esté libre de polvo, aceites y otras soluciones químicas, además que estén protegidos. “Que cuenten con las debidas protecciones; por ejemplo, en instalaciones exteriores deben tener su protección mecánica: doble lámina (doble ducto, generalmente calibre 26), pintura de exteriores (a base de agua aplicada sobre aislamiento en ductos o tuberías); acá depende del tipo de aislante y la recomendación del personal involucrado: ingenieros, supervisores o jefes de mantenimiento”. Finalmente, se debe verificar si el sistema de tuberías y ductos presentan condiciones desfavorables de operación: condensación, pérdidas o ganancias de energía (sistemas de calor o frío) y ruido excesivo (en ductos aislados térmicamente, la reducción sonora es también importante, dependiendo del tipo de aislante). La calidad de los materiales también es un factor determinante durante su instalación. Tras haber identificado los errores mencionados, se procede a tomar los correctivos necesarios.
Resultados de un mal aislamiento
Marco Antonio resume en una sola palabra las consecuencias que acarrea la mala instalación de un sistema de aislamiento térmico: pérdida. Tanto en eficiencia, desempeño y sobre todo en la seguridad de los trabajadores: – Pérdida de eficiencia en el sistema (ya sea de frío o calor), por lo tanto se pierde energía que es igual a dinero; por ejemplo, un sistema de aire acondicionado para mantener condiciones de humedad y temperatura controladas (21°C y 50% HR), puede llegar a sufrir variaciones de hasta un 30% derivadas de una mala instalación del aislamiento o de alguna falla que esté presentando.
– Pérdidas directas sobre las instalaciones en el momento en que el ducto o la tubería sufre de excesiva condensación trayendo como consecuencia problemas de corrosión, no solamente sobre dichos elementos, sino también sobre aquellos a los cuales pudieran llegar los efectos de dicha condensación: techos, plafones, instalaciones eléctricas, tuberías de servicios varios, etc.
– Pérdidas relacionadas con la seguridad del personal que esté involucrado directa o indirectamente en el sistema aislado: considera una red de tuberías con fluido circulando a temperaturas extremas (ya sean frías o calientes), y que tenga un deficiente aislamiento térmico, muy seguramente derivará en consecuencias que involucren la salud de dicho personal (desde una quemadura simple hasta un accidente de consecuencias mayores).
– Pérdida de eficiencia en el sistema, lo cual trae como consecuencia un cambio drástico en las condiciones establecidas desde el proyecto que muy seguramente redundarán, no solamente en el sistema aislado, sino en otros asociados directa o indirectamente.
Por su parte, René Ruano indicó que vivió un caso que sirve como constancia de las múltiples afectaciones que se sufre por una mala instalación, en el cual no se consideró aislar correctamente la cubierta metálica de una gran nave o taller de 100 metros de largo por 70 de ancho, donde se instaló una línea de producción compuesta por diversos sistemas energéticos que requería de una precisa y compleja automatización. La inversión en reparación superó la inicial. “La temperatura sobre la cubierta reportaba entre 70 y 80ºC. La elevada temperatura exterior, comparada con la del interior, que por supuesto era alta respecto al ambiente pero mucho menor que la exterior, hacia que el calor fluyera por radiación al interior de la nave, con tal magnitud que era insoportable para los trabajadores que tenían que realizar las tareas y atender el flujo de producción”, dijo René. El profesional de Ingeniería Energética General explica además que tuvo que reparar un sistema instalado en un centro comercial que contaba con más de 10.000 metros de tubería que conducen agua fría y que estaba compuesto por un sistema de circulación con tres circuitos (el primario, el secundario y los que alimentan a cada uno de los niveles del centro comercial). Las fallas generaron los siguientes problemas:
a) Ganancia de calor por distintos conceptos que significaban pérdidas de frío, mayor consumo eléctrico y altos costos de la factura.
b) Condensaciones de agua que caían sobre falsos techos y sobre pasillos e inundaban el almacén que estaba en el sótano, causando la destrucción de materiales costosos de la edificación y de los productos que se almacenaban en los locales de Almacén del Centro Comercial.
c) Afectaciones en la salud de los trabajadores que operaban en las zonas de elevada humedad, presentando, en su mayoría, afecciones respiratorias. “La causa se debió a la mala selección del material aislante, su dimensionamiento y, principalmente, un deficiente, improvisado e irresponsable montaje del aislamiento térmico, sin tener en cuenta puentes térmicos, pasos de niveles, ajuste del aislamiento a los diámetros de tubería, espesores adecuados a las temperaturas y la manera de garantizar la barrera de vapor, entre otras cosas”, comentó René Ruano.
Predicción y prevención
Identificados los problemas y las consecuencias, otro paso importante en todo este proceso es el de mantenimiento. Es aquí donde las palabras predicción, prevención, corrección y mejoramiento toman más fuerza. Para ello es importante realizar una inspección visual que detecte rayones, rasgaduras o cualquier otro detalle que ponga en evidencia puntos específicos donde la tubería no esté aislada correctamente; identificar también puntos donde haya acumulamiento de agua o vestigios de la misma, y verificar que no presentan corrosión. El representante de Trocellen comentó al respecto que “se deben revisar las condiciones de la red de tuberías, para que no haya problemas de fuga en algún punto de la red. Haciendo estas verificaciones podemos pasar a revisar detalles del aislamiento como que tenga todas sus uniones selladas y encintadas, que no haya tramos despegados, que la protección mecánica este cumpliendo su función de manera adecuada, entre otros”. En conclusión, según los ejemplos explicados por nuestros invitados, generalmente una reparación de un sistema de aislamiento térmico resulta más costosa que invertir en una correcta instalación apoyada por los profesionales y garantizada con los mejores materiales. René Ruano Domínguez concluye hablando sobre la responsabilidad que tienen los miembros de la industria en ese sentido: “Técnicos, operarios e ingenieros del ramo, tanto los que actúan en sistemas que generan y manejan calor, cómo los que lo hacen con frío, tienen una gran responsabilidad de saber qué hacer, cómo ayudar a reducir las pérdidas y evitar más emisiones contaminantes. Por nuestras manos pasan a diario millones de kilocalorías o kw, sobre los cuales podemos influir y decidir eficientemente”.
Para destacar Nuevos desarrollos
Marco Antonio Téllez, del servicio técnico de Trocellen, destacó las principales novedades en cuanto a los productos destinados para aislamiento térmico. “Los poliuretanos y los polietilenos son materiales que han demostrado a lo largo de los años una alta eficiencia de aislamiento, no solo térmico, sino también acústico (lógicamente sin descalificar otros como: poliestireno, fibra de vidrio, cerámicos, etc.; todo depende del campo de aplicación y del proceso). También se han presentado desarrollos de elementos combinados con otros materiales: “paneles tipo sándwich con lámina y al interior lana mineral, o con caras de yeso y lana mineral, lámina y polietileno reticulado, tuberías pre-aisladas, etc”. “En nuestro caso, hacemos énfasis en los procesos de producción de nuestra materia prima: poliolefinas, tratando de hacer mas eficientes los procesos productivos en aras de reducir las emisiones de CO2 que van al ambiente y al mismo tiempo generando investigación para que, incluso desde el mismo proceso de espumado, encontremos aún más ventajas del polietileno reticulado que usamos en la producción de aislamientos térmicos”.
Referencia: Consecuencias de un mal aislamiento térmico